Miro la plaza.
Mi casa espera.
Alrededor caen -como en una gruta-
los besos de amantes inexistentes.
Quiebran los gemidos
con la ausencia de gentes.
El sol ya se va.
Es mediodía y
no quiero regresar.
Me quedo entre los fantasmas
de quienes se aman
Mi casa espera.
Alrededor caen -como en una gruta-
los besos de amantes inexistentes.
Quiebran los gemidos
con la ausencia de gentes.
El sol ya se va.
Es mediodía y
no quiero regresar.
Me quedo entre los fantasmas
de quienes se aman
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